Inolvidable Paso del Rey
Un remolino de hojarascas doradas revoloteando entre las ramas casi desiertas y nevadas de un invierno que deja caer lánguidas gotas cristalinas, congeladas, que permanecen estáticas en el borde del alero, me llevan a recordar otras hojas ,otras veredas ,otros cielos que permanecen con sus nubes aletargadas y soñadoras de aquellos días de mañanas y gorriones en Paso del Rey. Mientras cae una copiosa nevada en la isla, mientras el mar se impregna de bruma y el cielo en gris plomizo abarca todo el espectro de mis ojos los recuerdos se empujan entre si, cada uno quiere sobresalir, cada imagen tiene un brillo inesperado al sacudir suavemente el tul del tiempo que los resguarda. Y se despliega como una tela de seda dorada, en el espacio de mi alma un océano de voces, rostros y fachadas de un inolvidable caserío de paredes blancas con un frondoso verde penetrante como marco encantador como hermosa postal de una ciudad que fue en el tiempo de los pasos apresurados forjando un emblema de sent